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Julio César Hernández
La imagen que usted observa en la parte superior de este texto no es más que una fotografía. Y exactamente sólo para la fotografía posaron juntos los integrantes del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial que están muy lejos de vivir una realidad como la de la iamgen.
En este órgano del Poder Judicial se vive un enrarecido ambiente que por supuesto perjudica la impartición de justicia, y que se ventiló públicamente a partir de que el gopbernador Emilio González Márquez presentó ante los diputados de la pasada Legislatura su propuesta de reforma que contempla la desaparición del Consejo de la Judicatura.
La consigna de los cinco consejeros -es más que evidente-, es la de todos contra el magistrado presidente Celso Rodríguez González, quien a su vez no está dispuesto a permitir que sus adversarios -porque eso son-, le “coman el mandado”.
Y en este sentido es que el magistrado Rodríguez González ha denunciado públicamente las irregularidades en que han incurrido sus compañeros consejeros, como el establecer convenios de colaboración con el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) de la UdeG sin tener atribuciones para ello o, como en el caso de la sesión de ayer, el cambio de adscripción y materia para 19 jueces, pues este asunto nunca se discutió en la comisión correspondiente ni se firmó el dictamen, que se fundamentó en el Reglamento Interno del Consejo, mismo que está en controversia.
Asimismo, denunció el encarecimiento de la justicia para los jaliscienses, tras de que los consejeros aprobaron la desaparición de las materias penales de juzgados mixtos de tres partidos judiciales ubicados en San Gabriel, Mazamitla y Tamazula para concentralos en juzgados especializados en Ciudad Guzmán, lo que a los demandantes de justicia de la región les llevaría hasta cuatro horas de traslado.
Total que los consejeros de la Judicatura cada vez refuerzan más la necesidad de que este órgano reciba una fuerte sacudida -quizás sin que llegue a la desaparición-, para que actúe como debe ser y no esté convertido en rehén de los consejeros que hacen y deshacen por el simple hecho de ser mayoría.