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Julio César Hernández
Se ha convertido ya en una práctica común, aunque espaciado en cuanto al tiempo, que haya magistrados del Supremo Tribunal de Justicia que no sean ratificados por la Legislatura local en turno, que recurran a los tribunales federales, ganen el juicio y tengan que ser reinstalados, con el costo económico que eloo significa por los conocidos “sueldos caídos”, que va en detrimento de las arcas públicas, pues además se debe mantener a los que fueron designados en su lugar.
Esto ocurrió en diciembre pasado cuando el día once de ese mes el Congreso del Estado acordó reintalar en sus puestos del Poder Judicial, en acatamiento a la resolución del Juzgado Segundo de Distrito en Materia Administrativa, a los magistrados Arcelia García Cázares, Tomás Aguilar Robles, Rogelio Assad Guerra y Luis Ernesto Camacho Hernández.
Bueno, pues ayer estos magistrados ya tomaron posesión de sus cargos en las Salas que ocupaban anteriosmente, y fue el presidente del Supremo Tribunal de Justicia, magistrado Celso Rodríguez González, quien les dio nuevamente posesión.
Así, en la Primera Sala se reintegró Tomas Aguilar en sustitución de Jaime Gómez; en la Quinta Sala se reinstaló a Arcelia Cázares por Austreberto Andrade; en la Novena Sala llegó otra vez Luis Ernesto Camacho en sustitución de Hugo Olveda; y en la Onceava Sala se reintaló a Rogelio Assad por José de Jesús Angulo Aguirre.
De esta manera, pues, se corrigió el reiterativo error en que incurren nuestros diputados.